
¿Qué es una fascitis plantar?
¿Por qué se produce?
¿Cómo saber si tengo una fascitis plantar?
¿Qué es una fascitis plantar?
La fascitis plantar es una inflamación de la región de inserción de la fascia plantar. El punto más común de inflamación es en la parte inferior del talón.
¿Por qué se produce?
La fascia plantar es una banda de tejido fascial situada en la parte inferior del pie, es la encargada de sostener el arco del pie y absorber los impactos durante la marcha.
Un exceso de tensión o estrés en esta banda provoca la inflamación de su inserción.
Existen múltiples causas que pueden provocar una fascitis plantar, a continuación mencionamos las más comunes:
- Microtraumatismos repetitivos
- Traumatismos directos
- Alteraciones en la musculatura
- Cambios en la biomecánica del miembro inferior
- Cambios de calzado
- Calzado no adecuado
¿Cómo puedo saber si tengo una fascitis plantar?
El síntoma principal de la fascitis plantar es un dolor punzante en la planta del pie, cercano al talón, a la hora de realizar el apoyo. Generalmente, el dolor es más intenso durante los primeros pasos del día o tras un periodo de reposo.
En función de la gravedad los síntomas pueden variar en intensidad, región de dolor y duración del mismo.
¿Cuál sería el tratamiento inicial?
A la hora de buscar un plan de tratamiento es importante identificar la causa principal que ha podido provocar la fascitis plantar. Una vez encontrada, lo primero es erradicarla para evitar que siga irritando la zona.
Se puede aplicar frío local en periodos de 8-12 minutos varias veces a lo largo del día para frenar la respuesta inflamatoria y reducir la intensidad del dolor.
Se ha de realizar estiramientos de la musculatura de la cadena posterior (fascia plantar, gemelo, sóleo, isquiotibial, etc..) para disminuir la tensión sobre la zona de inserción de la fascia. Y se pueden realizar ejercicios de activación de la musculatura del pie para favorecer un mejor funcionamiento de la misma.
Se trata de una patología de difícil manejo, ya que es una región que no permite un fácil descanso. Es importante ponerse en manos de un profesional sanitario con la mayor brevedad posible para poder elaborar un plan de tratamiento adecuado a cada persona y evitar que se prolongue en el tiempo o aumente su intensidad.